Minimalismo: menos es más

minimalismo

El minimalismo es una tendencia a reducir a lo esencial, despojada de elementos sobrantes. Se trata de simplificar todo a lo mínimo. Se caracteriza por la extrema simplicidad de sus formas, espacios despejados, líneas puras y colores neutros, en un ambiente con equilibrio. Puede ser considerado un “antibarroquismo”, ya que apunta a la serenidad, el orden y la simplicidad, excluyendo excesos y todo tipo de elementos barrocos y superfluos.

Es decir, que en la filosofía del minimalismo todo debe combinar y formar una unidad, y debe estar exenta de elementos decorativos.

Muebles: los muebles tienen una característica de simpleza y funcionalidad. Deben ser de colores claros y sólidos, elaborados en un solo material y de líneas sencillas, evitando todo tipo de estampados.

Colores: se trata de utilizar colores puros y suaves, predominando el blanco y el crudo. También se puede incorporar el negro o el tostado en algunos detalles ornamentales, pero no hay que abusar de ellos.

Paredes: paredes lisas y de colores claros son las indicadas, pero también pueden estar revestidas con piedra. Se debe evitar todo tipo de adorno, aunque un cuadro de autor es un buen recurso.
La luz es la esencia del minimalismo, por lo que las ventanas deben estar libres de cortinas.

Pisos: los pisos deben estar despejados, libres de alfombras ostentosas. Lo indicado son los suelos de madera y las lozas cerámicas de grano fino.

Textiles: las telas utilizadas deben aportar frescura y deben invitar a la relajación, se trata de telas rusticas y en color marfil, evitando telas estampadas y de un estilo barroco.
Los almohadones, cortinas y tapizados deben responder a una unidad y un orden.

Vía: Estilo Ambientación

Scroll al inicio