Con 10 años de experiencia como diseñadora de interiores y diseñadora industrial, Silvia Alfaras nos sorprende con una habitación infantil inspirada en las casitas de los cuentos, esas historias que nuestros padres y abuelos nos contaban para dormirnos cuyos protagonistas huían de un lobo feroz.
La mezcla entre colores y texturas resulta fundamental a la hora de proyectar una habitación infantil donde la estimulación de la creatividad de los pequeños es algo esencial. Conseguir un espacio personalizado donde los niños puedan hacer volar su imaginación y forjar su propia personalidad y sueños de futuro, son algunos de los objetivos que se planteó Silvia en esta ocasión.
Y es que, algo característico de una habitación infantil es tener en cuenta la opinión de los niños, algo que puede resultar complicado por no tener suficientes recursos lingüísticos ni un gusto definido. También resulta fundamental plantear el proyecto con vistas al futuro y a su funcionalidad aprovechando el espacio al máximo para el almacenamiento de juguetes que en un futuro se convertirán en libros u otros modos de entretenimiento.
En este caso, el mayor reto de la interiorísta fue transformar un espacio de 7m2 en una habitación para dos niñas de 6 y 3 años donde pudieran dormir, estudiar y jugar sin enfrentamientos.
El blanco y el rosa chicle se convirtieron en los colores protagonistas de este espacio donde los armarios a medida y el aprovechamiento de la parte baja de la cama con cajones ha resultado fundamental. Combinarlo todo con cojines y peluches animados y darle un toque de originalidad con unos cabeceros en forma de casita es lo que ha puesto el punto final y creativo a este proyecto de diseño de interiores.
¿Qué os ha parecido este proyecto de decoración de una habitación infantil? ¿Habéis visto todo lo que se puede hacer en tan solo 7m2?
