Una iluminación suave, tintineante e intima. Esta es la moda que se impone para los jardines en verano, una cena romántican incluso en un momento de introspección o de relajación comodamente en el salon de casa o en la bañera. Y esta luz nos la proporcionan las velas que sostenemos en candelabros de todas las formas colores y tamaños.
Ahora, hagamos un poquito de historia para ver cuales fueron los primeros candelabros y su combustible.
No hablaremos de antorchas que ya sabemos es lo más antiguo. Sino un soporte que contenga un combustible, y lo encontramos en la prehistoria, hace múcho tiempo, nuestros ancestros tomaban un trozo de hueso con tuétano, que es grasa y una mecha y ya tenían un candelabro para dar luz y poder llevarlo de un sitio a otro, o ponían un poco de sebo sobre una piedra con una hendidura y otro modelo.
Los siguiente fue las lámparas de barro, el mecanismo el mismo, grasa, mecha y ¡luz!. Ahora eran más variadas y podían ser multiples.
El siguiente nivel llegaría con el descubrimiento de los metales y los metalúrgicos, hablamos de más de 4000 años atrás.
Las primeras las mesopotámicas, el candelabro judio de siete brazos y los etruscos del 700 a.C.
Representación de candelabro mesopotámico, fijaros como se parece al de siete brazos de la cultura judía, de hecho provienen ambas culturas del mismo lugar geográfico.
Este es el candelabro de siete brazos. Recibe el nombre de menora.
El candelabro etrusco, es el más refinado de todos los antiguos y tiene representación humana aunque en realidad son diosas.
Observa este candelabro, es italiano, igual que el etrusco, ves algún parecido.
Este es también italiano y un poquito cursis como el gusto de la época.
Un modelo más complejo en metal, como una cascada, muy bonito.
Y ahora un ejemplo de los modernos y actuales, solo he puesto dos pues la variedad es abrumadora.
Que tengas un luminoso día, Mury, un beso.